lunes, 7 de febrero de 2011

Continente versus contenido




Anoche, Olga Viza daba en el clavo: "Hoy en día, en el periodismo femenino, se está valorando más el continente que el contenido". Estoy de acuerdo, desde lejos, desde mi orilla en la que nunca he trabajado en televisión y, también tengo que decirlo, nunca he sentido en mi trabajo la diferencia entre femenino y masculino...

Sin embargo, me hizo pensar que, desgraciadamente, tal afirmación no únicamente ocurre en ese lado del periodismo, esta tan poco agradecida vocación que elegí hace años.

Perdonenme, compañeros que puedan leer esto, pero esa rivalidad entre continente y contenido, entre lo que se cuenta y dónde o quién lo cuenta, hace bastante que ya se está dando... Digo que me disculpen porque llevo un año más o menos apartada de las cotidianas ruedas de prensa (y, lo peor, es que las echo de menos) pero, si mi memoria no me falla, distaban mucho de ser un ejercicio profesional en busca de la noticia.

Preguntas que, de entrada, ya se advierte que no se van a contestar, profesionales que, al final, asumen la derrota y, por lo tanto no hacen ni el intento; notas de prensa, con el mensaje tan claro, tan claro, que no deja lugar a la duda (más aún cuando el que anuncia lo que sea es de los pocos anunciantes publicitarios que siguen apoyando al medio y esto, como en las pelis malas, puede incluso conllevar una llamada exigiendo la portada); agencias de comunicación que priman al periodista estrella (no por él mismo y por su valía profesional, que habría sido hasta comprensible sino por el medio en el que trabaja, es decir, o el que más tirada tiene de los allí convocados o el que, aunque sea con dos líneas, hará que la noticia salga en todas partes); profesionales de segunda, profesionales explotados (tres ruedas de prensa seguidas o, incluso al mismo tiempo, a lo largo y ancho de Madrid, le quitan la claridad mental a cualquiera) y cabreados (ERES amenazantes, sueldos que no llegan, compañeros que ya guardan sitio en la cola del Inem...). Eso sí, todo esto, aderezado con fantásticos desayunos o ronda de vinos y licores varios en Madrid Fusión.

Puede que todo esto no sea tan alarmante como yo lo he vivido... Puede que muchos, incluso, señalen que es necesario... Yo, solo sé que creía en una profesión, en una forma incluso de vida (sí, ya sé que también todo esto es algo infantil e ingenuo) y que, al menos, en los últimos años, ésta no existe... CNN ahora es Gran Hermano 24 horas, no digo más... Puede, incluso, que esto solo sea un mal sueño fruto de la quimioterapia

PD: Prometí no dar pena (y creo que voy por mal camino) pero, sobre todo, me prometí que esto no se convirtiera en un "Cáncer, diario online de una enfermedad".... A pesar de ello, de escribir de lo que me inquieta más allá de mi salud, no puedo evitarlo. Ando agotada y sin ganas de nada. Ando más preocupada de que sea un sueño que de otra cosa. Ando soñando que el continente, esta vez, sí gane al contenido

4 comentarios:

  1. Buen post, Mar. Sigue, porque tú tienes mucho que contar sobre estos temas. ¡Vamos!

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  2. Genial aporte! Aunque la falta de sentido colectivo y el espíritu gregario de la profesión hayan influido en que nos veamos así, hay que asumir la paradoja de que escribimos para gente que no lee, y que así como en los siglos de oscuridad el acceso a la información y la instrucción estaba reservado a los privilegiados, ahora es igualmente minoritario, pero carente de glamú...
    Un beso

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  3. Mar, que el miedo a dar pena no te impida decir lo que piensas. Escribe lo que salga directamente de tu corazón, o de tus tripas. Que no de miedo hablar de quimio, radio o lo que sea. Estás en tu perfecto derecho. Sigue así. Eres un ejemplo para todos los compañeros que te queremos. PP.

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  4. Gracias chicos... Madeleine, totalmente de acuerdo... de hecho, me has dado pie a otro post que en breve saldrá del horno. Besos

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