... con mis tiroides, con mi cuello, con mi alma, conmigo misma...
Ya ha pasado. Sí. Y duele. Y es feo. Y ni siquiera puedo decirlo alto y claro, no puedo gritar, no puedo explicarme...
No tengo voz... eso sí, tengo un nueva "arruga" de oreja a oreja y, sí, aunque parezca increíble, tengo un dolor mucho peor...
Me duele el alma. Me duele no entender a los que siempre entendí, no saber cómo mirarles a los ojos, cómo sentir lo único que deberían hacerme sentir, lo de siempre, lo que nos unió hasta hace poco.
Es curioso... como si no tuviera ya bastante con mi propia travesía...