Lo último que quiero es dar pena pero... los hechos son penosos por si solos. Tengo 38 años, estoy en el paro y tengo cáncer.
Tal vez ha sido ese el hecho que me ha lanzado por fin a adentrarme en el mundo de las bitácoras. La sobra de tiempo, la marea en mi cabeza o, simplemente, la necesidad de contar... la misma que he tenido siempre pero esta vez conmigo como protagonista.
No, no os asustéis... Este no va a ser un espacio 'cancerígeno'.... no lo quiero, no lo necesito creo. Puede que salga algún día, que se cuele entre las líneas pero... no es la intención.
¿Por qué entonces decirlo? Porque es parte de mi, aunque no me guste o me haya empeñado (y a veces lo siga haciendo) en desterrarlo de mi vida.
Lo digo porque es parte de Mar, de Mar Calamidad, como lo es el periodismo, el buen vino, el mar, el arroz a banda, el humo, los amigos, Juan José Millás, el entusiasmo, la rabia, los días de sol o el recuerdo de los míos, enmarcados siempre en mi memoria en un paseo por la Malvarrosa.
Y, bueno, lo digo por que también creo que es necesario... No es algo malo (aunque de bueno tiene poco), no se pega, no mata siempre y, por desgracia, está más presente de lo que creemos.
Por eso quiero hablar de ello con naturalidad, con la misma que puedo hablar de la reforma laboral, la ley Sinde, el embarazo de Pe o las hamburguesas del DonOso.
Es duro, por supuesto, desagradable, largo, agotador y lo peor, el miedo... Constante, paralizador, intenso, inmenso...
Lo mejor, porque también lo hay, aunque pueda parecer irónico: la catarsis que provoca.
Amigos que ya no lo son tanto, amigos que aún lo son más que antes, conocidos que se convierten en amigos, desconocidos en los que, de repente, te ves reflejado.
Metas que ya carecen de sentido, presiones que, en un instante, pasan a anécdotas, melenas que se acortan, días que se hacen semanas, meses que menguan, minutos que se hacen eternos...
Lo único que no varía: los mios... a mi lado, fuertes, con una sonrisa, con un abrazo perenne
Tal vez ha sido ese el hecho que me ha lanzado por fin a adentrarme en el mundo de las bitácoras. La sobra de tiempo, la marea en mi cabeza o, simplemente, la necesidad de contar... la misma que he tenido siempre pero esta vez conmigo como protagonista.
No, no os asustéis... Este no va a ser un espacio 'cancerígeno'.... no lo quiero, no lo necesito creo. Puede que salga algún día, que se cuele entre las líneas pero... no es la intención.
¿Por qué entonces decirlo? Porque es parte de mi, aunque no me guste o me haya empeñado (y a veces lo siga haciendo) en desterrarlo de mi vida.
Lo digo porque es parte de Mar, de Mar Calamidad, como lo es el periodismo, el buen vino, el mar, el arroz a banda, el humo, los amigos, Juan José Millás, el entusiasmo, la rabia, los días de sol o el recuerdo de los míos, enmarcados siempre en mi memoria en un paseo por la Malvarrosa.
Y, bueno, lo digo por que también creo que es necesario... No es algo malo (aunque de bueno tiene poco), no se pega, no mata siempre y, por desgracia, está más presente de lo que creemos.
Por eso quiero hablar de ello con naturalidad, con la misma que puedo hablar de la reforma laboral, la ley Sinde, el embarazo de Pe o las hamburguesas del DonOso.
Es duro, por supuesto, desagradable, largo, agotador y lo peor, el miedo... Constante, paralizador, intenso, inmenso...
Lo mejor, porque también lo hay, aunque pueda parecer irónico: la catarsis que provoca.
Amigos que ya no lo son tanto, amigos que aún lo son más que antes, conocidos que se convierten en amigos, desconocidos en los que, de repente, te ves reflejado.
Metas que ya carecen de sentido, presiones que, en un instante, pasan a anécdotas, melenas que se acortan, días que se hacen semanas, meses que menguan, minutos que se hacen eternos...
Lo único que no varía: los mios... a mi lado, fuertes, con una sonrisa, con un abrazo perenne
Y mi mal genio... ese que, desde ahora, se convierte en guerra sin cuartel, en lucha armada, en sueños por cumplir que no me va a quitar nadie... ni siquiera la crisis económica...
Pero ese, es otro capítulo...ese llegará en otro momento...
Bienvenidos.... bien hallados...
mi querida Mar Calamidad, bienvenida al mundo blogger. con tu personalidad y tu genialidad al escribir triunfo asegurado. ya estoy enganchada y lo pongo de favorito en el mio! no caerás aunque roces la posibilidad porque eres fuerte con melena corta o barreras casi imposibles. espero poder abrazarte pronto, quizás en semanas aunque sabes que entre nosotras no hay distancia ni tiempo, tan solo eso tan grande llamado amistad...LoveU
ResponderEliminarMar! te voy a leer todos todos todos los días ee :-)
ResponderEliminarUn abrazo muuuuy fuerte guapísima!
Mar, compañera y sin embargo, amiga: bienvenida a este mundo del blog que, te aseguro, para los que nos gusta escribir se convierte en una maravillosa y única vía de escape. Ya me tienes como fiel seguidor y seguiré tus post con la misma fidelidad con la que tú sigues los míos. Aunque voy a permitirme la licencia de hacerte una crítica: de Calamidad, nada de nada, señorita. Más bien, los atributos del caballo de Espartero, diría yo. MarsinCalamidad, muchos bsos y mucho ánimo. PP.
ResponderEliminarMarrrr!!! sabes que me encanta leerte ya lo hacia cuando tenías el otro...
ResponderEliminar¡¡¡MIRA QUE FOTO ME HE PUESTOOOOO!!! Idónea, irrepetible, inmejorable... de un día muy especial para las dos, ainsss... cuanto lloramos, eh??
Te he leido y me he emocionado la verdad y me parece de ser muy valiente el que expreses tus sentimientos abiertamente, a mi me gustaría saber hacerlo en muchas ocasiones.
No piensas distinto porque todos deseamos tener el trabajo de nuestra vida para siempre, que nuestros seres vivos no faltasen, no tener la oportunidad de tener que nombrar la puta palabra "cáncer", que nuestros amigos no nos fallasen jamás de los jamases, etc. etc. etc.
Y... Nos gustaría despertarnos en un lugar maravilloso, sobre un arcoiris lleno de colores, donde saliesemos a la calle y brindasemos por la brillantez del día, por su cielo tan azul y esos árboles tan verdes y esas flores tan rojas. Ver a todo el mundo contento, niños corriendo al cole entusiasmados, unos amigos dandose un abrazo, una pareja de enamorados diciendose que se aman... Y sobre todo nos gustaría despertarnos en un lugar donde los problemas se derritiesen como gotas de limón...
Mar eres una persona encantadora y estoy segurísima que todo esto va a ser una pesadilla, porque... ¿sabes qué?
¡¡¡LOS SUEÑOS DE VERDAD, SE VUELVEN REALIDAD!!!
Bienvenida, que te quedan muchos sueños por cumplir. Y yo por verlos. Besos
ResponderEliminarHola Mar:
ResponderEliminarSoy Carlos Otero. Cotilleado tu facebook sabía que estabas malita e intuía de qué enfermedad se trataba. A mi los tópicos no me gustan nada, así que no te quiero decir nada que ya te hayan dicho. Aunque eso no quita que lo sienta. Solo que si realmente el tema de las energías funcionan te mando un puñado bien gordo de ella. Positiva, claro.
Un besote!
Hola Mar. Te mando un beso muy grande desde Valencia. Aunque no nos conocemos es como si algo de tí me fuese ya muy familiar pues tu hermana con la que trabajo no para de decir lo fantástica que eres. Por ello y porque el afecto que siento hacia tu hermana es grande, me he decidido a escribirte sabiendo, además, que una de tus grandes pasiones es la escritura, y si es poesía pues mejor que mejor.
ResponderEliminarDe ahí que me haya permitido la licencia de componer un pequeño poema con todo mi afecto y cariño. Espero que te guste. Y dice así:
ÚNICO REFUGIO
La estela de la noche
surca libre de silencio
quemando con su pérfida lengua
cada grito sometido
y cada soplo del futuro.
Y allí estás tú que ordenas
el mundo y en el espejo
sigue siendo jueves, de ceniza,
pero sólo tú sabes que el espacio
es infinito y que no necesitas volar.
Oigo que llamas a la vida
el único refugio
y salgo a su encuentro
cual faro que ilumina
el cielo de una estrella sola.
De la mano me come el invierno
sus miedos: somos amigos.
Pero yo sigo oyendo a una estrella
al acecho de una luz y en el espejo
sigue siendo jueves donde el sueño
descansa y tus labios ya hablan verdad.
Oigo que llama a la vida
su único refugio.
Razón no les falta a quienes luchan
por mantenerlo, fuerte, sin miedo.
Salpergo, muchísimas gracias... No sólo por tus palabras de ánimo, por tu apoyo a mi pequeño libro de bitácora sino por el poema... Es precioso. Si es tuyo, enhorabuena.... y si no, enhorabuena también por la elección. Un beso enorme y espero sigamos en contacto....cuida a mi hermana, ella sí que es grande!
ResponderEliminarMi querida y desconocida Mar, pocas veces me ha ocurrido entrar en un blog y sentir un raro interés en seguirlo; con este me ha pasado.
ResponderEliminarDijo Salomón que "la mejor medicina es un ánimo gozoso". Yo de deseo que sigas con el gozo que pueda procurarte tu valiente ánimo.
He llegado aquí desde suite101 y no te abandonaré desde ahora.
Un abrazo muy fuerte
Villademoros... muchísimas gracias. Espero de verdad no decepcionarte... Un besazo
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